Cundinamarca, un departamento que vale la pena recorrer
En cada rincón de Colombia vas a encontrar lugares
maravillosos por visitar, muchos de ellos seguro los desconoces, pero después
de la primera visita los llevarás en el corazón, Cundinamarca no es la
excepción, es un departamento donde podrás encontrar imponentes e históricos
atractivos naturales, pueblitos coloniales tradicionales y vistas
impresionantes de sus valles y sabanas.
En los pueblos de Cundinamarca encontrarás historias y
leyendas mágicas que cuentan la historia de Colombia y su tradición y la
herencia de su gente. A continuación cinco de ellos que deberías visitar y que
posiblemente no conoces.
1. Cucunubá
Este es uno de los destinos más bellos y desconocidos del
país, es un maravilloso pueblito colonial con bastante historia entre sus
calles empedradas, antiguamente habitado por los indígenas muiscas cucunubaes,
fue fundado en 1577 y desde su fundación ha sido un poblado con vocación
minera, actualmente existen 129 minas de carbón en sus montañas y significa el
80% de los ingresos del municipio.
Sus casas blancas con puertas y ventanas de madera pintadas
de verde pueden hacernos recordar fácilmente las de Cartagena o Villa de Leyva,
allí encontrarás lácteos de la más alta calidad y gran cantidad de artesanías,
especialmente de lana de oveja, tradicional del lugar.
Desde la parte trasera de la iglesia central puedes caminar
cerca de 15 a 20 minutos subiendo el cerro, hasta llegar a la Capilla de
Lourdes, desde donde puedes apreciar todo el pueblo y el cerro de las Tres
Cruces.
También puedes subir al Alto de Quisque, desde donde se
puede ver todo el Valle de Ubaté y la Laguna de Cucunubá, esta última
considerada antiguamente un lugar perfecto para acampar y navegar, pero que se
ha perdido casi completamente por la actividad humana.
2. Zipaquirá
Es mucho más cercana de Bogotá, se encuentra a sólo 45
kilómetros al norte de la capital y una de las más conocidas y visitadas por su
Catedral de Sal, puedes visitar la plaza central del municipio en un poco más
de media hora, allí puedes conocer sus calles con algunas casas y edificios
coloniales y su mercado donde encuentras
artesanías y comidas típicas.
La catedral de sal es una maravilla que vale la pena ser
visitada y es el atractivo turístico que hace famosa a la ciudad, en 1932 los
mineros construyeron una pequeña capilla donde se congregaban y rezaban al
comenzar la jornada de trabajo y en 1950 se construyó la antigua catedral de
sal, cerrada por temas de seguridad y en 1991 se comenzó a construir la nueva
60 metros debajo de la antigua, que finalmente fue inaugurada en 1995.
La actual catedral está ubicada a 185 metros de profundidad
y es una construcción única en el mundo tallada en el mineral.
La nave central de la catedral se encuentra en uno de los
socavones de la mina, su tamaño es espectacular, cabe recordar que dentro de
esos socavones puede caber un avión de pasajeros, en su totalidad la
construcción está consagrada al viacrucis y se puede pasar por las doce etapas
en las cuales es posible disfrutar de obras arquitectónicas en sal y mármol.
Es posible llegar al municipio y sus minas de sal en el tren
turístico de la sabana, que tarda un promedio de dos horas en las cuales se
puede disfrutar del paisaje sabanero, música en vivo y alimentación
tradicional.
Visítala con nuestro tour a Zipaquirá https://siemprecolombia.com/producto/experiencia-ruta-de-la-sal-en-zipaquira/
3. Nemocón
Es el municipio vecino de Zipaquirá, también reconocido
ampliamente por la minería de sal durante siglos, su mina con cerca de 500 años
de historia abrió sus puertas al público 38 años después de haber concluido su
explotación y hoy es el principal atractivo turístico del municipio.
Es uno de los lugares más representativos de la región, con
una laguna llena de secretos y misterios con imponente naturaleza.
Allí el pueblo Muisca adoraba a la diosa del agua Chie, una
de sus deidades principales, por lo tanto el lugar era uno de los principales
lugares ceremoniales de los muiscas y era en esta laguna donde los nuevos
caciques con su cuerpo lleno de oro en polvo pedían permiso para gobernar a la
diosa y saltaban desde una balsa junto con ofrendas de oro y esmeraldas,
ceremonia que los españoles llamaron El Dorado.
Guatavita puede referirse a tres lugares, la ancestral
laguna, el pueblo antiguo y el pueblo nuevo ¿qué ha sido de ellos? Pues el
pueblo antiguo fue reubicado en 1967 para poder controlar las inundaciones del
río Bogotá, hoy se encuentra en el fondo del embalse de Tominé, el pueblo nuevo
ubicado muy cerca del antiguo fue construido con arquitectura colonial y
habitado el mismo año de reubicación del antiguo y es un lugar muy bello que
vale la pena visitar.
5. Tabio
Es un municipio, también muy cercano de Bogotá, a sólo 8 kilómetros
desde la salida de Bogotá por el occidente, es un antiguo poblado colonial,
fundado en 1603 sobre la población muisca que ya existía en la zona, su nombre
en idioma muisca es Boquerón de la labranza.
Sus aguas termales han sido famosas durante siglos, allí los
muiscas celebraban una festividad anual en honor a la diosa del agua (la misma
de Guatavita) que fue prohibida en 1593 por parte de los españoles.
Además de sus aguas termales, puedes visitar la Ermita de
Santa Bárbara, capilla colonial construida en los años 1600 y puedes disfrutar
también de su arquitectura colonial y la gastronomía local.
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